Todavía agarrados de la cintura, nos giramos y allí estaba, su padre. Cuando le vio, Frank, me separo de un empujón
-Lo sabia, sabía que lo descubriría – Susurraba todo el rato Frank
El padre de Frank, se acerco furioso hasta donde nos encontrábamos. Empezó a gritar todo el rato a Frank, había cosas que no entendía lo que decía, era como si estuviese un poco bebido.
Hasta que sucedió lo que me temía, le pegó, pegó a mi pequeñín. Empuje, a Frank hacia un lado porque estaba delante de mí.
-Mira señor, a Frank, no le pegue ¿Vale?
-Mira niñato, es mi hijo y hago con él lo que me da la gana
-Frank, es mayor de edad y no tiene derecho a pegarle ¿Entiende? – Le respondí
-No quiero veros a ninguno, fuera los dos de mi casa ahora mismo ¡YA!
- Tú no eres quien para echarme – Dijo Frank
-Soy tu padre, fuera de aquí. Os pagare un taxi, con que unos maricones como vosotros no estéis dentro mi casa
-A mi no me insulta – Respondí
-¡Fuera! – Grito, mientras se alejaba de nosotros
Frank, se tiro al suelo de golpe y empezó a llorar desesperadamente. Le abrace, y le quite todas las lágrimas que recorrían sus mejillas.
-Mañana por la mañana nos vamos de aquí – Me dijo entre sollozos
-Iremos a mi casa ¿Vale?
-emmm… si, si
Le ayude a levantarse, y cogiendole por la cintura, fuimos hasta su cuarto sin cenar.
Empezamos a preparar todas las maletas, para que a la mañana siguiente en cuanto nos levantásemos ir de allí. Frank, enrollo todos los posters que decoraban sus paredes y cogió sus guitarras favoritas. Llevábamos 4 maletas más las guitarras. Definitivamente Frank, se vendría a vivir a mi casa. Cuando terminamos de recoger todo, nos tumbamos en la cama e intentamos descansar. Por la mañana, Frank, le escribió una carta a su madre, entro sigilosamente en su cuarto y la dejo sobre su cama. Despues, bajamos las escaleras y nos fuimos. Llamamos a un taxi que nos llevo de vuelta a mi casa.
Frank, se pasó todo el viaje tumbado en mis piernas y llorando todo el tiempo, yo me dedique a acariciarle las mejillas y mimarle como podía.
Cuando paro el taxi delante de mi casa, le pagamos y cogimos nuestras maletas.
Dejamos todo en la puerta, y llame al timbre
-Hermanito – Me dijo Mikey, en cuanto me vio
-Hola Mikey
-¿Y esas maletas? ¿Qué ha pasado? – Pregunto preocupado
-Nos venimos a vivir aquí
-Emmmm… sabes que solo hay 2 habitaciones
-Mikey, calla y ayúdanos a pasar todo esto
Entre los tres, cogimos todas las cosas de Frank y las metimos en mi cuarto.
-Frank, ¿Por qué no descansas un rato?
- Si… creo que seria lo mejor
Le di un pequeño beso en la mejilla, cerré la puerta con cuidado y fui hacia el garaje, donde se encontraban Mikey y Ray ensayando.
-Geraaaaaaaard – Grito Ray dándome un fuerte abrazo
-Raaaaaaaaaay – Grite mientras le correspondía su abrazo
Estuvimos mas de tres horas ensayando, canciones que componía, pero que no tenían ninguna salida, en estos pueblos la verdad es que no nos veía mucha gente.
-Este grupo es una mierda – Grite cabreado
-¿Gerard? – Dijo Mikey
-Mikey, es verdad, reconocedlo, esto no tiene futuro. Ganamos una mierda, tendríamos que hacer un grupo mejor
-¿Cómo? No hay gente que se quiera unir a un grupo así como así – Pregunto Ray
Nos quedamos un tiempo en silencio
-Frank –Grite ilusionado
-¿Frank? Gerard… no sabemos si toca bien ni nada – Dijo Mikey
-Yo le escuchado tocar, y lo hace genial
-Pregúntale si le gustaría unirse a nuestro mierdoso grupo
-Eso haré – Les conteste bastante contento
Espere en el sofá sentado a que Frank se despertara. Cuando oí gritos desde el interior de la habitación.
Me levante a toda prisa, abrí la puerta y Frank estaba tumbado en la cama, moviéndose muy deprisa y gritando fuertemente. Estaba soñado.
Me acerque a él y le empecé a acariciar, para que se tranquilizase y eso hizo.
-Gerard…
-Dime chiquitín – Respondí bastante angustiado
-He tenido una pesadilla, abrázame, lo necesito
Le di un fuerte abrazo, sentía su corazón que iba bastante rápido. Cuando Frank, estaba relajado, le solté y le mire a los ojos
-Tengo que preguntarte algo
- Lo que quieras Gerard
-Respóndeme con sinceridad, por favor
-Que si Gerard, que si
-¿Te gustaría formar parte de nuestro grupo? – Le pregunte