lunes, 8 de agosto de 2011
(Cap 17) Mudanza
Me levante, y le seguí. Entró dentro del baño y entre detrás de él.
-Gerard, sal ahora mismo - Dijo
-No quiero, necesito hablar contigo
-Rapidito Gerard – Me respondió bastante borde
Pensé que no estaba tan enfadado, por lo que suspire, y comencé a decirle lo que había pensado.
-Mikey, quiero que no estemos más tiempo enfadados, te necesito. Para mi lo eres todo, y tu mejor que nadie lo sabes. Tú y yo, desde pequeños hemos estado ¡SOLOS! y necesito que estés conmigo. No te separes de mí, por favor
-Gerard, nunca me alejare de ti, pero... ¿Por qué no me lo contaste?
-Porque pensé que te enfadarías… y no le dejarías quedarse con nosotros
-Que si… claro que si… si es muy majo y esta muy bueno – Dijo con una picara sonrisa
-Emmmm… ¿Muy bueno? – Pregunte extrañado
-Si hermanito, que esta muy bueno. Tienes buen gusto
Le di un abrazo y nos dimos un suave beso en los labios
-Gerard, y claro que estaremos juntos. No te preocupes – Respondió mientras yo salía del baño
Salí del baño, y no se porque, pero ese beso que le había dado a Mikey, había sido especial. Muchas veces nos habíamos dado besos, porque somos hermanos, es normal.
Pero había sentido un cosquilleo especial. No sabia que significaba, no le di demasiada importancia y me dirigí hacia mi habitación junto a Frank.
-¿Qué tal te ha ido? – Pregunto Frank
-Muy bien, ya esta todo arreglado
Se acerco a mí y me dio un abrazo
-Me alegro mucho Gee
Ya eran casi las 11:00 de la mañana, y decidimos Frank y yo ir a ensayar, al poco rato, llegaron Mikey y Ray.
Empezamos a ensayar alguna que otra canción hasta que de repente dejo de sonar una de las guitarras. Me gire directamente hacia Frank.
-¿Qué pasa? – Pregunte intrigado
-Gerard, que en este grupo falta algo…
-¿Algo? , si vamos muy bien. Me gusta mucho – Respondí asombrado
-Si, necesitamos un batería, chicos – Grito Frank
-¿Y quien? – Pregunto Mikey
-No se… - Respondió Frank
-Entonces, para que das ideas… - Respondió Ray
-Oye, ¿Bob, no tocaba en un grupo? – Le pregunte a Frank
-¿Cómo sabes tu eso?
-Charlas, charlas nocturnas – Respondí con una sonrisa
-Pues si, le llamare, y haber si quiere unirse – Respondió Frank alegremente
-Pues, ya que estamos voy a llamar a la chica de la casa, para irnos a vivir allí lo más pronto que podamos – Dijo Mikey
Frank y Mikey, se dirigieron dentro de la casa, para llamar por teléfono. Mientras tanto, Ray y yo, nos quedamos allí hablando de nuestras cosas. Hacía mucho tiempo que no hablábamos Ray y yo como mejores amigos. Por lo que empezamos a hablar hasta que llegaron.
-¿Qué os han dicho a cada uno? – Pregunte interesado
-A mí, que si queremos mañana mismo podemos ir a vivir en la casa – Respondió Mikey
-Y… a mí, que se lo preguntara a mi madre, si puede venir, y mañana me llama – Respondió Frank
-Genial, pues el jueves nos vamos de este antro de casa.
Fui corriendo a por el ordenador, y me puse a buscar alguien que nos pudiese trasladar las cosas a la nueva casa. Busque y busque, siempre a por el más barato y lo encontré. Me dispuse a llamar y me dijeron que esta misma tarde vendrían a por todas las cosas.
Fui a avisar a todos, para que me ayudasen a empaquetar todo en cajas y que cada uno guardase su ropa en bolsas.
Y eso hicimos, empezamos a ordenar todo, hasta que sonó el timbre.
-Seguid, que ya casi esta todo, voy a abrir la puerta – Respondí secándome las pequeñas gotas de sudor que me caían por la frente
Abrí la puerta y era ella, no me lo podía creer, otra vez.
-Hola Alba. Que… ¿Qué quieres? Estamos ocupados haciendo la mudanza
-Vengo a ayudaros, se lo pregunte a tu hermano y acepto encantado
-Pues entra, y ayúdanos – Respondí un poco con cara de asco
-¿Qué quieres que haga? – Pregunto
-¿Puedes meter esos libros en cajas? – Pregunte mientras señalaba la estantería del salón
-Claro – Exclamo con una sonrisa
La deje sola, y me dirigí hasta mi habitación, para terminar de meter mi ropa en bolsas
-¿Quién era? – Pregunto Frank
- Alba
-¿Alba? ¿Qué quiere? – Dijo un poco celoso
-Tranquilo, solo viene a ayudarnos – Respondí con una risa forzada
De repente, escuche unos pequeños golpecitos en la puerta de la habitación
-Pasa – Grito Frank
-Perdonadme… es que había encontrado esto – Dijo mientras me entregaba una especie de nota doblada por la mitad
-¿Qué es esto? – Respondí intrigado
-Léelo y luego me dices – Respondió mientras cerraba la puerta
Empuje hacia un lado las bolsas que estaban sobre la cama, me senté sobre la cama y empecé a leerlo
“Alba, necesito estar a tu lado, eres lo único que me importa en este mundo. Te amo, no quiero que ese gilipollas te haga daño, Alba, vuelve conmigo. Yo soy el único que te da cariño, y te hace sentir como una dama, que es lo que de verdad eres. Te quiere Gerard Way”
Cogi ese trozo de papel, y lo rompí en pedazos. Era una carta, que había escrito antes de haber conocido a mi pequeñín. Y que tenía pensado entregársela a Alba, pero como nunca me cogía el teléfono y no sabia ni donde vivía, la guarde entre los libros, para que nadie la encontrara jamás.
-¿Qué era eso Gerard? – Pregunto Frank intrigado
-Una carta – Respondí nervioso
-¿Una carta? ¿De que? – Pregunto
-De cuando éramos novios, ella y yo – Respondí un poco asqueado
-Ammmmm…
Frank me miro con una cara un poco rara, pero no le di importancia.
Terminamos de meter todo en las bolsas, y pude oír como sonaba el timbre. Alba fue a abrir. Eran los de la mudanza, salimos con todas las cosas que estaban dentro de la habitación para llevarlas a la salida.
Ayudamos a los señores a cargar todo dentro del gran camión que había en la entrada de casa. Cuando ya estuvo todo metido dentro, Alba, se acerco a mi.
-¿Lo leíste? – Pregunto con una gran sonrisa
-Si, pero que me da igual, que no quiero estar contigo que estoy muy feliz al lado de Frank
-Ya lo se… pero tarde o temprano, caerás en mis brazos
-¡Nunca!, seremos solo amigos ¿Ok?
-Como tu digas Gerard, ya nos veremos – Dijo mientras me guiñaba un ojo
No se que quería, pero no dejaría que me hiciese nada.
Alba, se monto dentro del camión y se fue con los dos chicos de la mudanza hasta mi nueva casa para indicarles el camino.
Cuando ya el camión no se veía desde la puerta de mi casa, entre dentro.
Frank se acerco a mí y me dio un fuerte abrazo y un gran beso en los labios.
-¿Y esto? – Pregunté
-Gerard, al ver esa carta, pensé que la querías. Pero me he dado cuenta que me quieres de verdad.
-Claro y nunca te dejare marchar – Le respondí
Le cogi en brazos y le senté en el suelo, donde se encontraban Mikey y Ray sentados bebiéndose unas cervezas. Estaban bastante cansados y yo me senté con ellos a tomarme otra cerveza. Empezamos a hablar, hasta que sonó el móvil.
Frank, se metió la mano en el bolsillo y saco su móvil, miro la pantalla
-¡Es Bob! - Grito
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario